Joyas Celtas

Joyas Celtas, la cultura celta parece que se formó alrededor del III siglo a.C. y representa el núcleo más importante de poblaciones de Europa de la Edad del Hierro y las fuentes clásicas usan el termino Celta (del griego Kšltoi o Kšltai) para designar una población habla una lengua indoeuropea. En el periodo de máximo esplendor (IV/III siglo a.C.), los Celtas estaban diseminados en una amplia área de Europa, desde las Islas Británicas hasta la cuenca del Danubio, ademas de algunos asentamientos aislados más al sur, gracias a la expansión hacia las penínsulas ibéricas, Itálica y Anatolia.Unidos por los orígenes étnicos y culturales, por compartir un mismo idioma indoeuropeo y por una misma visión religiosa, los Celtas quedaron siempre políticamente fraccionados; entre los distintos grupos Celtas se distinguen los Británicos, los Galos, los Panonios, los Celtíberos, los Gálatas, asentados respectivamente en las islas Británicas, en las Galias, en Panonia, en Iberia y en Anatolia. Físicamente parece ser que los Celtas fueron rubios y poderosos, se aclaraban el pelo con arcilla, se adornaban con joyas de oro y de plata y su aspecto a menudo provocaba miedo a los enemigos. Las demás gente sentían autentico terror y a la vez admiración.
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Los arqueólogos dividen la prehistoria Celta en etapas que toman el nombre del lugar donde se encontraron restos de objetos: Periodo de Hallstatt (VIII-VI siglo a.C.) en Austria y Periodo de La Téne (VI-II siglo a.C.) en Suiza. Los Hallstattanos fueron expertos en el uso y trabajo del hierro, con el cual produjeron armas que aseguraron su dominio sobre otros grupos, mientras el periodo tardío de La Téne, también llamado “Edad de los Príncipes” por las espectaculares sepulturas y las imponentes fortificaciones, que por lo visto aparecen gracias a una riqueza repentina de las aristocracias Celtas. Extraído en forma esponjosa, el hierro venia sometido a un primer tratamiento de forjado y repartido en lingotes en forma piramidal doble; sucesivamente los lingotes fueron reemplazados por largas barras planas, listas para ser trabajadas; estas barras se utilizaban también para monedas, junto al cobre y a las monedas de oro. La unidad de la sociedad Celta era la tribu, en donde vivían distintos grupos sociales: los nobles, los caballeros; los agricultores; los artesanos; los esclavos. A la clase culta pertenecían los druidas, sacerdotes intermediarios entre el hombre y las divinidades; los arqueólogos creen que los druidas usaban como templos y altares los bloques de piedras llamados dolmen (dol=mesa y min=piedra). Los Dioses más importantes para los Celtas eran: la Diosa Madre – Tuatha de dannan; el rey de los dioses – Nuada; el Dios Padre – Dagda; la diosa del fuego – Bobd; la diosa de la poesía – Brigid; Angus – el dios del amor; Donn – el Señor de los muertos; Lir y Manannan – los dioses de los mares; Lugh largo brazo – dios guerrero; Diancecht y Miach – los dioses de la medicina; Artaios – el mensajero de los dioses; Goibniu – el herrero de los dioses; Credne – el dios metalúrgico. Algunas informaciones sobre la mitología Celta nos viene dada por haber encontrado objetos rituales, como la Caldera Gundestrup, una gran “olla” en plata con decoraciones labradas encontrada en un pantano danes. Para los Celtas las cuencas poseían un gran valor ritual: eran símbolo de banquetes que se celebraban en el más allá. Otros contenedores, como jarras y cubos, se usaban para fines más prácticos y se llamaban situlae.
El repertorio de motivos decorativos incluya nudos, trenzados geométricos, fitomorfas y zoomorfas estilizadas, espirales y llaves; en particular los animales eran sujetos preferidos: sobretodo perros, ciervos, pájaros y jabalíes. También una serie de elementos vegetales tenia significado religioso como el acebo, el muérdago, los robles, los bosques, y son muchos los accesorios ceremoniales y los objetos para sacrificio dedicados a lagos, ríos y pantanos. Los Celtas tenían especial debilidad para los colores fuertes en las joyas y en las telas, como hoy día testifican los modernos tartán escoceses; Diodoro Siculo cuenta que los Celtas llevaban trajes sorprendentes, túnicas coloreadas por todos los colores, y pantalones que llaman brache. Encima llevan cortas capas con rayas multicolor, cogidas con fíbulas de tela con pelo en invierno y lisa en verano”. Los Gálos preferían calzones, los Irlandeses las túnicas y todos llevaban capas que según la longitud significaba una clase social. La joyería es el sector artístico de los antiguos Celtas del cual han sobrevivido las mayores evidencias. La fíbula es una antigua joya parecida a un imperdible, producida desde los tiempos de la civilización micenea: desde el V siglo a.C. Los artesanos Celtas transformaron sus partes en fantasiosas representaciones de dragones, pájaros y mascaras con rasgos humanos. Los broches en anillo tenían una forma típica abierta para permitir el paso de la aguja por seguridad. Los broches los llevaban las mujeres en el pecho y los hombres en los hombros. El ejemplo más famoso es el Broche de Tara (VIII siglo d.C.). La superficie está por entero recubierta por finísimos grabados en espirales, trenzados y motivos zoomorfos, mientras en el borde del anillo sobresalen minúsculos grifos y colas de pescado. Típicas del artesanado Celtas son también las torque, collares y pulseras semicirculares en oro, plata o cobre, que a menudo reproducían en las extremidades cabezas humanas y de animales. Ademas de estar reservadas para las clases sociales más elevadas, las torque tenían un significado religioso: eran un objeto místico, parte integradora de la identidad de una población y un talismán catalizador que acercaba el hombre a los Dioses, concentrando la energía mística en su cuerpo. El metal más usado era la plata, a veces en aleación con el cobre, y la técnica principal era la fusión. Si la aleación era pobre en plata, el objeto se cubría con estaño para parecer a la plata. Los objetos metálicos, al final del grabado, se embellecían con aplicaciones de material coloreado. De hecho, se tiene testimonio, en el siglo IV, en muchos manufactures, de fusión de esmaltes, obtenidos con una particular pasta de vidrio. Este esmalte de color rojo se fijaba en un principio con una malla fina de hierro, junta con el coral mediterráneo, directamente sobre los objetos. Desde el III siglo a.C., con la evolución de la técnica de fusión, se desarrollaron nuevos objetos, como pulseras de vidrio policromo, y desarrolladas nuevas técnicas como la aplicación directa y la fusión del esmalte sin utilizar estructuras de soporte. Nuevos colores, como el amarillo y el azul marino, se introdujeron desde el siglo II-I a.C., aunque el rojo quedó el color más usado por ser el símbolo de la fuerza vital.

Doctora Bianca Cappello – Historiadora de la Joya
biancacappello@libero.it

FUENTES
Enciclopedia Universale Fabbri, Milano, 1971
Anderson Black, TRAD. Francesco Sborgi, Storia dei Gioielli, Novara 1973
AAVV, I mondi dell’uomo, enciclopedia in 10 volumi dal 1974
Catalogo mostra, I Celti, Venezia – Palazzo Grassi, Milano 1991
Clare Phillips, Breve storia del Gioiello, Milano 2001

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